Presentación
Jardins suspendus cuenta la historia de un hombre que escapa. De sí mismo, de su pasado. Es un «johatsu», evaporado como se dice en Japón. De los que se van sin decir nada. Llega a París y deambula por la ciudad en busca de sí mismo, pero le persiguen sus pensamientos y las voces de aquellos que dejó atrás.
¿Quién nunca ha soñado con escapar, ni siquiera por un momento, de sí mismo, de un pasado demasiado presente o de una vida que ya no nos conviene? Es la historia de este hombre que hizo este viaje lo que cuenta el espectáculo Jardins suspendus, el que se fue sin decir nada, quien deambula, de todo tiempo tangible.
En la delicadeza de un Japón omnipresente, el espectador se deja transportar a un lugar que no pertenece a ninguna esfera del espacio-tiempo. May es un «johatsu», uno evaporado. Desapareció de Japón sin dejar rastro. Sin embargo, lo contrario está mal ya que todo su cuerpo respira esta cultura.
Llega a París en un momento errante y conoce a tres mujeres de diferentes edades. Así es como aterrizará en una clase de pintura. De este acto fortuito resulta un mundo íntimo donde las relaciones se tejen sin crear ningún vínculo. Entre intimidad, ilusión, sueño y realidad, el cuarteto evoluciona en la fragilidad de un instante que parece estar suspendido en el tiempo, guiado por un curso de acción invisible que acepta que «cuando está vacío, es importante no llenarlo», si no, reemplazamos el vacío con nada”.
Nunca retrocedas, lo que no tiene sentido, pero siempre sigue adelante, incluso si eso significa vivir en suspenso.